
Por: Dr. Nicolás Espinosa
Neurólogo Infantil
Jefe de Servicio de Neuropediatria del Hospital Metropolitano
Director Médico Neuroinfant Cl
“No entiendo por qué no mejora si practica todos los días.”
Esa fue la frase que me dijo la madre de Luis, un niño de diez años con TDAH, a quien habían recomendado repetir una y otra vez ciertos ejercicios para “fortalecer su atención”. Sin embargo, después de varias semanas sin progreso, tanto ella como Luis estaban agotados y frustrados.
Esta situación no es aislada: muchos niños con TDAH se ven sumergidos en rutinas de práctica mecánica con la esperanza de que el simple paso del tiempo garantice mejores resultados. Pero desde la perspectiva de la medicina basada en evidencia (MBE), sabemos que la repetición por sí sola no basta. El cerebro necesita algo más que fichas o tareas repetitivas para desarrollar la atención de manera efectiva.
Repetir el mismo error no conduce al aprendizaje
La práctica continua se vuelve un callejón sin salida cuando el niño repite los mismos fallos sin corrección ni retroalimentación concreta. Peor aún, ese ciclo de error sin ajuste puede llevar a reforzar patrones poco funcionales.
• El problema: Si Luis hace la misma operación matemática mal diez veces seguidas, no habrá aprendido la manera correcta de resolverla, solo estará reforzando la equivocación.
• El resultado: Una fuerte sensación de “no sirvo para esto” y una motivación por los suelos.
Las guías clínicas y los estudios revisados bajo un enfoque de MBE coinciden en que, para que el aprendizaje sea significativo, cada sesión de práctica debe incorporar una corrección inmediata y un propósito claro (Barkley, 2014). De lo contrario, la “práctica” no pasa de ser un ejercicio estéril.
El valor de fijarse metas y conectar con los sueños del niño
La evidencia también subraya la importancia de la motivación intrínseca. Cuando el niño comprende por qué realiza una tarea y cómo esta se relaciona con sus aspiraciones, su atención se activa de forma más natural (Castellanos & Tannock, 2006).
1. Preguntar por sus metas y sueños
• “¿En qué sueñas con ser bueno?”
• “¿Te gustaría concentrarte mejor para poder armar tus propios experimentos o leer historias de aventura?”
Los niños con TDAH suelen tener intereses muy vívidos. Aprovechar ese entusiasmo impulsa su motivación.
2. Diseñar ejercicios con propósito
• En lugar de fichas vacías, crear desafíos que estén relacionados con esos sueños.
• Si sueña con ser piloto, podemos introducir ejercicios que supongan “conducir” un avión de papel con reglas que exijan atención y control de impulsos.
3. Celebrar cada paso
• Enfatizar los avances, aunque sean mínimos, genera una respuesta emocional positiva.
• Esa retroalimentación positiva favorece la liberación de dopamina, neurotransmisor vital para la motivación y el aprendizaje (Volkow et al., 2009).
La práctica deliberada: un enfoque con evidencia
En lugar de la repetición ciega, la práctica deliberada se basa en la medicina basada en evidencia (MBE) para aportar resultados más sólidos:
1. Objetivos específicos y medibles
• Definir claramente qué se espera lograr en cada sesión: “Lee este párrafo sin perderte en el texto durante dos minutos” o “Completa este ejercicio de mates con no más de dos errores”.
• Metas concretas permiten evaluar el avance real.
2. Corrección oportuna
• Si Luis comete un error, se lo señalamos de inmediato y le explicamos la manera adecuada de proceder, evitando que repita la equivocación sin fin.
• Esto activa el circuito de aprendizaje en lugar de reforzar equivocaciones.
3. Retroalimentación centrada en lo positivo
• Elogiar lo que hace bien y resaltar la mejora frente a su resultado previo, en lugar de compararlo con otros.
• Un enfoque constructivo reduce la frustración y estimula la persistencia (Arnsten, 2009).
4. Pausas efectivas
• El cerebro con TDAH tiende a cansarse antes. Pequeños descansos, a veces con actividad física o respiración profunda, reactivan la atención (Medina, 2014).
• Las pausas no son tiempo perdido; al contrario, son oportunidades para que el cerebro consolide lo aprendido.
Corazón y cerebro: la importancia de la conexión emocional
Para que el niño sienta ganas reales de practicar, es fundamental darle sentido a lo que hace. Entre fichas repetitivas y ejercicios desvinculados de su día a día, se pierde la chispa de la curiosidad. Sin embargo, si el niño percibe que cada paso lo acerca a su meta —aprender sobre dinosaurios, tocar un instrumento o simplemente mejorar en clase—, la energía cambia. La neurociencia respalda que las emociones positivas potencian la capacidad atencional y la formación de nuevas conexiones neuronales (Castellanos & Tannock, 2006).
Conclusión
Apostar por la “repetición infinita” con la esperanza de que, tarde o temprano, funcione, suele llevar a un callejón sin salida para los niños con TDAH. La MBE nos muestra que la práctica debe ser deliberada, con correcciones puntuales y metas conectadas a los intereses reales del niño. Solo así la atención encuentra un motivo para florecer, y el aprendizaje se convierte en un proceso de descubrimiento, en lugar de una carrera interminable contra los propios errores.
Integrar estas estrategias supone un enfoque que combina ciencia y empatía. Al fin y al cabo, el objetivo no es solo que los niños con TDAH adquieran habilidades académicas, sino también reforzar su autoestima y guiarlos hacia la autonomía. Y para lograrlo, es vital que cada paso que den tenga un sentido palpable y se sostenga sobre los principios que la medicina basada en evidencia ha validado a lo largo de los años.
Referencias
• Arnsten, A. F. (2009). Stress signalling pathways that impair prefrontal cortex structure and function. Nature Reviews Neuroscience, 10(6), 410-422.
• Barkley, R. A. (2014). Attention-Deficit Hyperactivity Disorder: A Handbook for Diagnosis and Treatment. Guilford Publications.
• Castellanos, F. X., & Tannock, R. (2006). Neuroscience of attention-deficit/hyperactivity disorder.
• Medina, J. (2014). Brain Rules. Pear Press.
• Volkow, N. D., Wang, G. J., Fowler, J. S. (2009). Imaging studies of dopamine and addiction: relevance to the role of dopamine in ADHD. Attention Deficit and HyperactivitDisorders.